El síndrome del intestino irritable (SII) es el trastorno, dentro del eje intestino-cerebro (EIC), mejor reconocido. Sin embargo, existen controversias sobre la adecuación de los criterios de Roma IV para el diagnóstico del SII dentro de este propósito.
Por ello, la siguiente revisión evalúa críticamente los criterios de Roma IV para el diagnóstico del SII y aborda las consideraciones clínicas en el tratamiento y la gestión del SII, incluidos los factores dietéticos, los biomarcadores, los imitadores de la enfermedad, la gravedad de los síntomas y los subtipos. También se revisa críticamente el papel de la dieta en el SII teniendo en cuenta la influencia de la microbiota y el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado.
De hecho, la opinión transmitida por los expertos indica que “Los datos emergentes sugieren que los criterios de Roma IV son más adecuados para identificar el SII grave y menos útiles para los pacientes subdiagnósticos que aún pueden beneficiarse del tratamiento del SII. A pesar de las pruebas convincentes de que los síntomas del SII se deben a la dieta y a menudo son postprandiales, la relación con la alimentación no es un criterio diagnóstico de Roma IV. Se han identificado pocos biomarcadores del SII, lo que sugiere que el síndrome es demasiado heterogéneo para ser medido por un único marcador, y que puede ser necesario un perfil combinado de biomarcadores clínicos, dietéticos y microbianos para una caracterización objetiva. Dado que muchas enfermedades orgánicas imitan y se solapan con el SII, es importante que los médicos estén bien informados al respecto para mitigar el riesgo de pasar por alto enfermedades intestinales orgánicas comórbidas y para tratar de forma óptima los síntomas del SII.”