La mala absorción y la intolerancia alimentaria están implicadas en los síntomas gastrointestinales de los pacientes con síndrome del intestino irritable (SII). Entre los principales factores desencadenantes se encuentran la fructosa y los fructanos.
Existen estudios que examinan la malabsorción de fructosa y fructanos por separado en pacientes con SII, pero ninguno había evaluado ambos simultáneamente en el mismo grupo de pacientes. Por ello, el objetivo de este estudio, fue investigar la asociación entre la mala absorción de fructosa y fructanos en los mismos pacientes con SII mediante pruebas de hidrógeno en el aliento (HBT).
Se identificó retrospectivamente a los pacientes con SII que se sometieron a HBT de fructosa y fructanos y se extrajeron sus resultados de la historia clínica electrónica. Las HBT para fructosa y fructanos se realizaron administrando una solución de 25 g de fructosa o de 10 g de fructanos, seguido de una lectura de hidrógeno en el aliento cada 30 min durante 3 h. Se consideró que los pacientes daban positivo en malabsorción de fructosa o fructanos cuando los niveles de hidrógeno en el aliento superaban las 20 ppm.
De 186 pacientes con SII, 71 (38,2%) dieron positivo en malabsorción de fructosa y 91 (48,9%) en malabsorción de fructanos. De estos pacientes, 42 (22,6%) dieron positivo tanto en la malabsorción de fructosa como en la malabsorción de fructanos. También se observó que las lecturas positivas de HBT para la fructosa se asociaban con lecturas positivas de HBT para los fructanos (p = 0,0283). Por último, pudo asociarse que los pacientes positivos para la malabsorción de fructosa o malabsorción de fructanos tenían 1,951 veces más probabilidades de dar positivo para el otro hidrato de carbono.
En conclusión, los resultados del estudio revelan una asociación clínicamente significativa entre la malabsorción de fructosa y la malabsorción de fructanos en pacientes con SII. Por ello, los autores recomiendan que la malabsorción de fructanos debería evaluarse en pacientes con malabsorción de fructosa, y viceversa. No obstante, se requieren más estudios para identificar los mecanismos subyacentes a estos hallazgos.
