Un estudio estadounidense realizó una investigación sobre cómo la educación nutricional puede conducir a una mejor adherencia a la dieta sin gluten, y cómo esta mejora la calidad de vida en los adultos con enfermedad celíaca.
En un estudio clínico piloto realizado en Nueva York, 12 adultos participaron en una intervención nutricional. El objetivo consistía en que los participantes elaborasen más comidas en el hogar con alimentos naturalmente libres de gluten y utilizar panes ricos en nutrientes elaborados con cereales integrales, nueces y semillas. Los factores determinantes como la calidad de vida, los síntomas, el cumplimiento de la dieta, la depresión y la ansiedad se midieron al inicio del estudio y un mes después de la intervención.
Resultados
En los resultados del examen de seguimiento realizados tras un mes de intervención, los 12 participantes mostraron valores significativamente mejores en lo que respecta a la adherencia a la dieta sin gluten, la calidad de vida, la depresión y el estado de ansiedad.
Pare el resto de los factores determinantes con una aplicación más teórica el efecto de la intervención también mostró cambios significativamente positivos. En esta categoría se incluyen factores como el riesgo percibido de una malnutrición, las expectativas de los beneficios de cocinar, la convicción de que puede dominar situaciones difíciles por su cuenta, la capacidad de cocinar de ellos mismos y de los demás, el apoyo social y el conocimiento sobre los de cereales sin gluten. Todos los participantes encontraron la formación en nutrición muy útil, se sintieron alentados al comer de manera más saludable y probar alimentos que de otro modo no habrían probado. También se sintieron mejor informados sobre la opción de salir a comer fuera de casa. Es por ello que, tras este estudio, todos recomiendan la intervención y a la mayoría le gustaría recibir cursos adicionales.
Conclusión
La intervención sobre la educación nutricional basada en nuevos consejos de cocina, puede ser útil para los adultos con enfermedad celíaca, ayudando a mejorar la adherencia a la dieta sin gluten y, por lo tanto, mejorando la calidad de vida, incluyendo la ansiedad y la depresión. Este estudio puede servir de inspiración para que los dietistas-nutricionistas aconsejen desde otro punto de vista a las personas con enfermedad celíaca. Entre las limitaciones del estudio, se incluyen la pequeña muestra demográfica, el corto período de seguimiento y la falta de un grupo de control. Es por ello, que los autores recomiendan que los resultados se repliquen en entornos más heterogéneos durante un tiempo de seguimiento más prolongado y añadiendo un grupo de sujetos control.