La dermatitis herpetiforme es una manifestación extraintestinal de la enfermedad celíaca. Ambas condiciones son impulsadas por la ingestión de gluten del trigo, el centeno y la cebada, lo que induce una respuesta inflamatoria con activación de células B y T.
La dermatitis herpetiforme (DH) se presenta con una erupción con ampollas en las rodillas, los codos, las nalgas y el cuero cabelludo. Tanto en la DH como en la enfermedad celíaca (EC), la exposición al gluten de la dieta desencadena una cascada de eventos que dan como resultado la producción de autoanticuerpos contra la enzima transglutaminasa (TG), principalmente TG2 pero a menudo también TG3. Esta última, se considera el autoantígeno primario en la DH.
La dinámica del desarrollo de la respuesta autoinmune dirigida a TG2 se ha estudiado en profundidad en la EC, pero el proceso inmunológico subyacente a la fisiopatología de la DH no se conoce por completo. Parte de este proceso es la aparición de depósitos granulares de IgA y TG3 en la piel perilesional. Si bien esto sirve como el principal hallazgo diagnóstico en la DH, se desconoce el papel de estos inmunocomplejos en la patogenia. Curiosamente, aunque la intolerancia al gluten probablemente se desarrolle inicialmente de manera similar tanto en la DH como en la enfermedad celíaca, después del inicio de la enfermedad, sus manifestaciones difieren ampliamente.
Para conocer este tema con más profundidad, recomendamos leer el estudio completo “Antibody Responses to Transglutaminase 3 in Dermatitis Herpetiformis: Lessons from Celiac Disease” de Elka Kaunisto et al.