Se han plantado en un mismo campo 100 cultivos distintos. La avena crece junto a los guisantes y la quinoa, originaria de América del Sur, y junto al maíz local. ¿Podría ser el cultivo mixto de estos vegetales una solución para preservar la biodiversidad de cara a las generaciones futuras?
Marina: Hemos intentado seleccionar diversas variedades que pueden adaptarse a las condiciones concretas de este campo, en los Alpes del Tirol del Sur. Field100 es una fantástica oportunidad para observar el desarrollo de distintas plantas que podrían armonizar especialmente bien y beneficiarse de crecer juntas, o que son adecuadas para la rotación de cultivos debido a su ciclo vegetativo específico.
Manuel: Exacto, el cultivo intercalado tiene la ventaja de permitir que algunas plantas que crecen juntas se apoyen mutuamente y se beneficien unas de otras. Nuestros antepasados lo sabían. Por eso, en los tiempos anteriores a la industrialización, era una práctica común intercalar el cultivo de distintas variedades. Por ejemplo, los cereales y las legumbres se plantaban juntos para que se ayudaran mutuamente en el proceso de crecimiento. Además, los campos con una gran biodiversidad constituyen un hogar para diversas especies de plantas y animales, de modo que la naturaleza también se puede preservar en los terrenos agrícolas.
Marina: Al cultivar una amplia variedad de vegetales, esperamos también ver más aves, más insectos, más plantas complementarias e incluso mayor riqueza de especies bajo la superficie del suelo. Esto demuestra hasta qué punto la biodiversidad es esencial para el funcionamiento de los ecosistemas y la existencia de vida, y esto nos incluye a nosotros, los humanos. Es vital si queremos garantizar el suministro de alimentos para la creciente población mundial, es decir, para el futuro de todos nosotros. Con Field100, nos hemos comprometido a llamar la atención sobre la enorme importancia de la biodiversidad.
Algunas de las semillas que se han plantado tienen la friolera de 100 años y otras se siguen cultivando hoy en día. ¿Podrían las nuevas variedades aprender de las antiguas? En otras palabras, ¿tienen ciertas características de las viejas variedades el potencial de aportar innovaciones a las especies modernas, por ejemplo, en términos de resistencia climática o rusticidad?
Manuel: En general, existe una gran diversidad entre las antiguas variedades. Muchas características especiales, como la maduración temprana, la resistencia a ciertas enfermedades o a la sequía, pueden resultar muy interesantes para el cultivo actual. Por ejemplo, algunas de las antiguas variedades tienen un ciclo de vegetación más corto que las modernas de alto rendimiento. Además, antes había cultivos que podían prosperar a mayor altitud que los actuales, por lo que tenían que ser resistentes a condiciones climáticas extremas, como las bajas temperaturas.
Marina: La relación entre las plantas y el clima es crucial para la agricultura del futuro. En una época de fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, por ejemplo, la tolerancia a la presión de un clima extremo que Manuel ha mencionado puede ser un rasgo muy útil en una planta. En general, las plantas también pueden desarrollarse de distinto modo según interaccionen con su entorno, entonces surgen las llamadas modificaciones, que se adaptan mejor a los factores medioambientales a los que se exponen.
Actualmente, un gran número de especies de plantas ya está en riesgo de extinción. ¿Es posible salvar la agricultura mediante el recultivo?
Marina: Como empresa de la industria alimentaria, consideramos que es nuestro deber hacer todo lo posible por fomentar la biodiversidad y proteger los recursos amenazados. El recultivo específico ayuda a mantener vivas las antiguas variedades y a preservarlas para las futuras generaciones. Los cultivos de Field100 nos permiten ver cómo reaccionan las variedades centenarias al clima actual y a las enfermedades de hoy en día, lo que resulta especialmente importante teniendo en cuenta lo rápido que está cambiando el clima.
Otro proyecto de investigación igualmente importante que Dr. Schär emprendió en 2016 es Re-Cereal. Este proyecto se centra en el cultivo específico de variedades de cereales antiguas y en la recuperación de tradiciones agrícolas de las regiones alpinas. Según los expertos, la reintroducción a gran escala de avena, mijo y trigo sarraceno en los Alpes podría ser una alternativa o, incluso, reemplazar el cultivo intensivo de maíz y trigo, lo que tendría una importancia vital a la hora de asegurar una rotación de cultivos adecuada en esas tierras agrícolas, a menudo erosionadas por los monocultivos.