Las causas y los factores de riesgo del síndrome del intestino irritable (SII o IBS, del inglés Irritable Bowel Syndrome) todavía no están del todo claros hasta la fecha. Se discuten muchos factores: desde la genética y la sensibilidad a distintos alimentos hasta los factores ambientales.
Hasta la fecha distinguimos entre cuatro formas del SII, dependiendo de los síntomas predominantes:
- Síndrome del intestino irritable con diarrea predominante (SII-D/IBS-D, 1/3 de los casos).
- Síndrome del intestino irritable con estreñimiento predominante (SII-C/IBS-C, 1/3 de los casos).
- Síndrome del intestino irritable con hábito intestinal mixto diarrea/estreñimiento o patrones cíclicos (SII-M/IBS-M, 1/3 de los casos).
- Síndrome del intestino irritable con dolor predominante (los dolores aparecen normalmente como efectos secundarios en todos los grupos mencionados).
A la luz de los conocimientos científicos actuales, no existe ninguna explicación clara validada sobre las causas y los factores de riesgo del SII. Los factores patogénicos que probablemente intervienen son, entre otros: una predisposición genética a infecciones intestinales precedentes, la dieta, el sexo femenino, la gastroenteritis, la sensibilidad a distintos alimentos, la ansiedad-depresión o el estrés. Múltiples estudios han demostrado que la posibilidad de desarrollar SII aumenta tras sufrir una gastroenteritis aguda. Por otro lado, una revisión sistemática ha revelado que la incidencia del SII posinfeccioso varía entre el 3,7 y el 36 % de los casos, entre los 3 y los 24 meses posteriores [1].
Fisiopatología del síndrome del intestino irritable
Entre los mecanismos fisiopatológicos, los pacientes con SII presentan normalmente alteraciones de la motilidad, secreción y/o sensibilidad visceral, habiéndose identificado múltiples mecanismos implicados (alteración de la barrera intestinal, alteraciones del eje cerebro-intestinal…).
Hasta la fecha, los estudios científicos no han identificado un único mecanismo patogénico que explique el SII, sino que debe describirse a través de una interacción de factores ambientales, conductuales, psicosociales y psicológicos.
Procesos inflamatorios enterales
El SII a menudo se asocia a una activación inmunológica de la mucosa enteral. Procesos microinflamatorios y neuroinmunológicos tienen lugar en la mucosa intestinal, y con ello se produce un aumento local de distintas células inmunitarias (por ejemplo, mastocitos y linfocitos T). Los procesos inflamatorios ligeros en la mucosa intestinal no solo aumentan la densidad de mastocitos, sino también la liberación de mediadores mastocitarios.
Trastornos en el sistema nervioso central
El intestino está conectado con el sistema nervioso central (SNC) de forma bidireccional. Tanto la actividad del SNC puede influir sobre el funcionamiento digestivo como las modificaciones a nivel de la mucosa intestinal pueden influir sobre el funcionamiento del SNC. No obstante, no se ha demostrado una relación causal clara entre el estrés psíquico y la aparición del SII en los adultos, aunque es posible que el estrés actúe como cofactor en la aparición o la subsistencia de las molestias.
Mayor permeabilidad intestinal
En las biopsias del intestino grueso se ha detectado una permeabilidad de la mucosa alterada en, aproximadamente, la mitad a dos terceras parte de pacientes. La mucosa del colon muestra una mayor actividad de las proteasas, que se atribuye a una activación de la tripsina, afectando a las uniones estrechas, con un aumento de permeabilidad. El perfil de mediador alterado de la mucosa provoca una activación del sistema nervioso entérico y, por tanto, produce una ampliación de las fibras nerviosas. La mayor transmisión espinal de los estímulos intestinales refuerza la activación de los centros en el SNC.
Alteraciones en el tiempo de tránsito y en la flora intestinal
Alteraciones en el tiempo de tránsito y en la flora intestinal
En la bibliografía también se describen alteraciones en la motilidad del intestino delgado y grueso, es decir, el tiempo de tránsito colónico se acelera o se ralentiza, presentando especialmente una mayor reactividad a los estímulos normales. También se han documentado trastornos de la flora intestinal y una colonización bacteriana incorrecta del intestino delgado. Esto significa que la flora intestinal cambia de calidad y cantidad, aunque aún no se ha definido un perfil característico del SII, siendo el hallazgo más frecuente las concentraciones reducidas de bifidobacterias.
Otros desencadenantes
Otros factores que pueden desencadenar los síntomas del SII son, por ejemplo, infecciones agudas, o bien factores psicosomáticos.